Terapia musical para mejorar tu salud y bienestar

Imagen vectorial de una mujer con el cerebro a la vista con flores

La terapia musical es una forma poderosa y accesible de intervención que puede mejorar tanto la salud mental como física de las personas. Numerosos estudios han demostrado que escuchar música regularmente puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar el estado de ánimo, aumentar la motivación y mejorar la calidad del sueño. Además, la música también puede tener efectos físicos, como reducir la presión arterial y mejorar la capacidad pulmonar en pacientes con enfermedades respiratorias. En este artículo, exploraremos en detalle cómo la música puede ser utilizada como terapia para mejorar la salud mental y física.

La terapia musical y salud mental

La musicoterapia es un proceso de intervención en el que los clientes intentan mejorar su salud con el apoyo de terapeutas a través de experiencias musicales y las relaciones que se establecen a través de ellas. La terapia musical pretende mantener, restaurar y mejorar la salud física, emocional y mental. Se pueden distinguir dos enfoques metodológicos: activas y receptivas; aunque no es infrecuente combinarlas en el mismo curso de tratamiento. En la terapia musical receptiva, se guía a los participantes en la escucha de música grabada/en directo. En la terapia musical activa implica la producción de música (por ejemplo, improvisación, composición de canciones o canto/trabajo vocal).

Trastorno del espectro autista

En los estudios con pacientes con TEA, las intervenciones de terapia musical han tenido un impacto positivo en la interacción social, la adaptación y la reciprocidad socioemocional. Además, el comportamiento de iniciación y las habilidades comunicativas verbales mejoraron, pero no las habilidades no verbales. También se observaron efectos positivos de la terapia musical en la relación entre padres e hijos.

Demencia

En este caso, se observó una mejoría en la cognición tras la terapia musical activa mientras que la terapia con enfoques mixtos (activa y receptiva) no afectó. Mejoraron el comportamiento neuropsiquiátrico y los síntomas conductuales/psicológicos (sólo EA grave). En otro estudio, determinaron que la apatía y la comunicación mejoraron significativamente tras 12 semanas de terapia musical. Tras 8 semanas, la función física y el estado de ánimo (en la Escala de Cornell) mejoraron significativamente en los pacientes con demencia, mientras que el estado de ánimo no mejoró, medido por la Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage. La fluidez verbal y la memoria mejoraron en pacientes con demencia leve gracias a 3 meses de terapia musical. Sin embargo, la intervención con terapia musical no afectó significativamente a las actividades de la vida diaria ni a la movilidad.

Depresión

La terapia musical comparada con los cuidados estándar afectó positivamente a la ansiedad y a los síntomas depresivos tanto informados por el paciente como calificados por el clínico. Sin embargo, la calidad de vida no mejoró debido a la terapia musical. En mujeres con depresión, la terapia musical redujo la depresión y aumentó la felicidad.

Insomnio

Los pacientes diagnosticados de insomnio mejoraron la calidad del sueño tras escuchar música. La calidad del sueño mejoró en dos estudios, al igual que la calidad de vida psicológica. El sueño objetivo (que consiste no solo en la duración del sueño, sino en la arquitectura de este) medido en dos estudios no mejoró, mientras que escuchar música afectó significativamente al tiempo total de sueño subjetivo después de 6 días. Después de 2 semanas, el estrés y la ansiedad mejoraron significativamente, y la gravedad de la enfermedad disminuyó después de 3 semanas de escuchar música. La latencia del inicio del sueño y la fatiga diurna de las alteraciones del sueño no mejoraron tras 6 días de intervenciones musicales en pacientes con insomnio.

Imagen vectorial de una chica durmiendo mientras escucha música

Terapia musical y alteraciones físicas

Sistema inmunológico

Como muestra la literatura, el sistema inmunológico está fuertemente asociado con el estado de ánimo, el estado psicológico y equilibrio hormonal. Así, como resultado de un estado de ánimo negativo, el estrés psicológico afecta al sistema inmunitario y puede causar una desregulación que conduce a un cambio en la inmunidad humoral y celular y aumenta los riesgos para la salud.

Aunque el estrés psicológico no puede eliminarse, hay formas de alterar la percepción del estrés y la capacidad de adaptación a los factores estresantes: la música se ha adaptado como forma de gestión del estrés y los estudios han confirmado el efecto de la música en la reducción del estrés en el sistema cardiovascular y endocrino.

Sin embargo, como ya se ha mencionado, la activación prolongada de estos sistemas tiene consecuencias devastadoras para la salud. Los niveles circulantes continuos y elevados de glucocorticoides (por ejemplo, cortisol) actúan como neurotoxinas, debilitando la capacidad de las neuronas y otras células para resistir las lesiones y haciéndolas más vulnerables a los efectos de las toxinas y al proceso normal de desgaste. Además, aunque los glucocorticoides actúan como inmunosupresores en condiciones de estrés agudo, pueden promover un estado de inflamación crónica de bajo grado a largo plazo. Estos efectos neurotóxicos y proinflamatorios del estrés crónico han sido relacionados con resultados adversos para la salud como la propensión a las enfermedades infecciosas, la ansiedad, depresión y enfermedades cardiovasculares.

Música como reforzador

Algunos estudios se han centrado en si la música puede afectar a los mismos sistemas neuroquímicos de recompensa como otros estímulos reforzadores. En el podcast de La colmena molecular, te hablé de que la cafeína tiene un papel importante como molécula reforzadora, ya que estaba relacionada con la liberación de dopamina.

Algunos autores plantean la hipótesis de que una fuerte inducción de la liberación de dopamina provocada por la música puede desencadenar la estimulación de opioides (endorfinas) en ciertas zonas cerebrales relacionadas con la recompensa (como el núcleo accumbens). En la otra dirección, el sistema opioide modula fuertemente la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. Esto probablemente proporciona un mecanismo a través del cual la música que se experimenta como placentera puede mejorar el aprendizaje de refuerzo. Así, la asociación de la liberación de dopamina y la activación del núcleo accumbens durante el placer musical máximo puede ser una manifestación directa de esta interacción opioide-dopamina.

Terapia musical para promover la actividad física

A pesar de los esfuerzos realizados en todo el mundo para animar a la gente a participar regularmente en cierta actividad física de intensidad moderada a intensa, un número insuficiente de adultos y adolescentes de todo el mundo cumple la dosis recomendada. Uno de los principales desafíos para promover la actividad física es que las personas sedentarias o poco activas experimentan cambios negativos en la valencia afectiva (aversión a hacía algo) en respuesta a la actividad física de intensidad moderada a vigorosa. Curiosamente, los datos empíricos indican que escuchar música durante episodios agudos de actividad física altera positivamente la valencia afectiva (atracción hacía algo), reduce el esfuerzo percibido y mejora el rendimiento físico y la eficiencia de oxígeno.

Principios hedónicos y música

Un grupo de investigación trata de explicar esto de la siguiente manera. Desde el punto de vista del antiguo principio del hedonismo psicológico han elaborado 3 mecanismos de los efectos afectivos y ergogénicos de la música en episodios de actividad física agudos: (1) el placer y la recompensa musicales, (2) la estimulación rítmica y (3) la distracción sensorial del esfuerzo físico. Dado que un cambio positivo en la valencia afectiva durante un episodio de actividad física corto se asocia con más actividad física en el futuro, se plantea la importante cuestión de si el efecto afectivo de la música sobre la actividad física aguda puede prolongarse para promover la actividad física a largo plazo.

En un estudio publicado este año, proponen un modelo teórico de la Música como Estimulante Afectivo de la Actividad Física (MASPA) para explicar mejor los posibles mecanismos subyacentes al uso de la música para promover la actividad física a largo plazo.

Esquema del modelo teórico de la terapia musical como estimulante afectivo de la actividad física
Modificado de Park, K. S., Williams, D. M., & Etnier, J. L. (2023).

En este estudio proponen efectos beneficiosos de la estimulación musical sobre la actividad física aguda y a largo plazo se basan principalmente en principios hedónicos. En otras palabras, ciertos tipos de música pueden servir como estimulante afectivo para ayudar a las personas a que les gusten sus sesiones de ejercicio y, en consecuencia, promover respuestas de «deseo» de que la actividad física se repita de forma regular.

Conclusión

La terapia musical puede ser una herramienta valiosa para mejorar tanto la salud mental como física de las personas. Desde reducir el estrés y la ansiedad hasta mejorar la recuperación de lesiones, la música puede tener un impacto positivo en una variedad de situaciones de salud. La belleza de la terapia musical es que es accesible para todos, independientemente de su edad, habilidades o gustos musicales.

Fuentes:
– Gómez-Romero, M., Jiménez-Palomares, M., Rodríguez-Mansilla, J., Flores-Nieto, A., Garrido-Ardila, E. M., & González López-Arza, M. V. (2017). Benefits of music therapy on behaviour disorders in subjects diagnosed with dementia: a systematic review. Beneficios de la musicoterapia en las alteraciones conductuales de la demencia. Revisión sistemática. Neurologia (Barcelona, Spain)32(4), 253–263. https://doi.org/10.1016/j.nrl.2014.11.001
– Gassner, L., Geretsegger, M., & Mayer-Ferbas, J. (2022). Effectiveness of music therapy for autism spectrum disorder, dementia, depression, insomnia and schizophrenia: update of systematic reviews. European journal of public health32(1), 27–34. https://doi.org/10.1093/eurpub/ckab042
– Park, K. S., Williams, D. M., & Etnier, J. L. (2023). Exploring the use of music to promote physical activity: From the viewpoint of psychological hedonism. Frontiers in psychology14, 1021825. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2023.1021825
– Rebecchini L. (2021). Music, mental health, and immunity. Brain, behavior, & immunity – health18, 100374. https://doi.org/10.1016/j.bbih.2021.100374

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