Todos hemos escuchado alguna vez ciertas mitos sobre la salud que, sin preguntarnos si son verdaderos o no, nos creemos e incluso ponemos en práctica. Claro que si tu mejor amigo/a o algún familiar te comenta que conoce un remedio milagroso para algo que a esa persona ha funcionado, pues tú, casi seguro, te lo crees.
En este artículo voy a comentar los cinco mitos sobre salud que más he escuchado y que parecen estar anclados en el colectivo social.
1. El frío hace que te pongas enfermo
Este mito probablemente es uno de los más extendidos en el mundo. Ahora que llega el frío y empieza a haber brotes de infecciones conviene recordar algunos conceptos. Las infecciones respiratorias están provocadas, generalmente, por bacterias o virus. El frío, por sí solo, no hace que caigas enfermo. No obstante, las bajas temperaturas pueden provocar ciertos cambios en el comportamiento. Por ejemplo, hace que estemos más tiempo en sitios cerrados (o mal ventilados) y rodeados de otra gente, lo que favorece la transmisión de ciertos patógenos. Además, los virus son más estables a bajas temperaturas y se incrementa su supervivencia en ambientes con baja humedad relativa. La calefacción disminuye la humedad del ambiente y, además, reseca la garganta y los conductos nasales, lo que facilita la infección.
2. Hidratos por la noche no, que engordan más
Este mito sobre la salud lo he escuchado muchísimo relacionado con el deporte y la pérdida de grasa. Personas que evitan la pasta o el pan por la noche porque piensan que engorda más. La comida ingerida no genera que tu cuerpo almacene grasa de forma diferente en función del horario. La ganancia de grasa está relacionada con el consumo de calorías global, no solo en la noche. Los hidratos de carbono, también llamados azúcares o glúcidos, son moléculas formadas por hidrógeno, oxígeno y carbono. Se clasifican en monsacáridos (unidades más simples como la glucosa o la fructosa), disacáridos (compuestos por dos moléculas simples como la lactosa -galactosa y glucosa- o la sacarosa -glucosa y fructosa-) y polisacáridos (almidón o glucógeno). La principal función de estos es proporcionar energía a las células, a través de su oxidación, aunque también son componentes estructurales, como la celulosa (en plantas) o los peptidoglicanos (en bacterias).
3. Crujirte los nudillos te puede provocar artritis
Crujir los nudillos puede molestar a las personas que te rodean, pero probablemente no aumentará el riesgo de sufrir artritis. Esta es la conclusión de varios estudios que comparan la prevalencia de esta enfermedad en la mano entre los que se crujen los nudillos habitualmente y los que no lo hacen. El «chasquido» que escuchas se debe a la explosión de burbujas en el líquido sinovial, el líquido que ayuda a lubricar las articulaciones. Las burbujas estallan cuando se separan los huesos, ya sea estirando los dedos o doblándolos hacia atrás, creando una presión negativa. Aunque el crujido de nudillos no provoque artritis, hay buenas razones para abandonar el hábito. El crujido crónico de los nudillos puede provocar una reducción de la fuerza de agarre y hay al menos dos artículos científicos publicados sobre lesiones sufridas mientras la gente intentaba crujir los nudillos.
4. A la leche sin lactosa no le quitan la lactosa
Mucha gente piensa que a la leche sin lactosa la someten a un proceso en el que eliminan la lactosa, haciéndola, así, más digerible para aquellos que sean sensibles. Pero lo cierto es que, en lugar de eso, le añaden lactasa, una enzima (una proteína capaz de facilitar reacciones químicas) que rompe la lactosa en los azúcares (monosacáridos) más sencillos, glucosa y galactosa. Así, debido a la presencia de estos últimos, la leche sin lactosa tiene un sabor más dulce.
5. Tenemos cinco sentidos
Esta última afirmación, no es un mito en realidad, pero si una simplificación. Más allá de los cinco grandes sentidos (gusto, oído, olfato, tacto y vista) existen al menos tres más: la propiocepción, la termocepción y la nocicepción. En realidad, se conocen alguno más, pero yo os traigo estos tres. La propiocepción hace referencia a la capacidad de sentir en que posición está tu cuerpo en el espacio. Además de saber donde están tus extremidades (como tu mano). Por otro lado, la termocepción es la capacidad de sentir el calor o el frío. Y por último, la nocicepción es la capacidad de percibir dolor.
Mito extra… ¿Tienes que caminar en realidad 10.000 pasos al día?
Para descubrir qué tiene esto de mito, tendrás que escuchar el capítulo del podcast La colmena molecular.
Hasta aquí los mitos que he podido reunir. Gracias por leer hasta aquí. Si sabes o conoces alguno más, déjamelo abajo en los comentarios.
¡Hasta la próxima!
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