Sales de aluminio en el desodorante. ¿Sigues con miedo?

Imagen vectorial de una mamografía

Otro día más traigo un tema que tiene parte de mito y parte de verdad. Los desodorantes y antitranspirantes y, en particular, el aluminio que éstos contienen, se han asociado al cáncer de mama. Por un lado, debido a que la zona de aplicación de estos cosméticos está muy cerca y por otro, a la propia función del aluminio.

Pero, ¿de verdad el aluminio de los desodorantes puede causar tumores? Si no es así, ¿de dónde viene este mito? Si quieres saber las respuestas a continuación tienes algunas de ellas.

Origen de la hipótesis

Como ocurre con muchas noticias en internet, localizar el origen de esta asociación es muy complicado. Un artículo publicado en Journal of the National Cancer Institute escribe que su origen estuvo en un e-mail que estuvo circulando durante meses o incluso años. En él se comentaba que «los antitranspirantes eran la primera causa de cáncer de mama debido a que evitaban la salida de toxinas, provocando su depósito en los nódulos linfáticos donde podían provocar mutaciones que causaran cáncer». No obstante, aunque en origen no tuviera ningún fundamento, la comunidad científica se puso en marcha para aportar evidencias al respecto.

¿Desodorante o antitranspirante?

Antes de nada, tenemos que aprender algunas cosas sobre los antitranspirantes y las glándulas sudoríparas. El sudor es un mecanismo básico del cuerpo importante en la termorregulación y la eliminación de algunas toxinas. Existen dos tipos de glándulas que lo producen: las glandulas ecrinas y las apocrinas.

Las glándulas ecrinas están presentes casi en toda la superficie de la piel, aunque se concentran en las manos, la cara y los pies, y producen un sudor que no causa olor (fundamentalmente agua y sales minerales).

Esquema de una glándula apocrina y otra ecrina

Las glándulas apocrinas se localizan especialmente en axilas, ingles y pubis, generan sudor con algunas sustancias que pueden ser precursoras de olor. Son las bacterias presentes en la piel las que degradan esas sustancias y producen sustancias odoríferas.

Por último, los antitranspirantes no son lo mismo que los desodorantes. Estos últimos normalmente enmascaran el olor o bien impiden el crecimiento microbiano (por ejemplo, con alcoholes), lo que impide que degraden las sustancias que provocan el olor.

Sin embargo, los antitranspirantes bloquean las secreciones de las glándulas sudoríparas. Los antitranspirantes más utilizados en cosmética contienen sales de aluminio. Se utiliza ampliamente desodorante tanto para los que son antitranspirantes como para los que no.

¿Cómo actúan las sales de aluminio?

Habitualmente, las sales más utilizadas son el clorhidrato de aluminio y el tetraclorohidroxiglicinato de aluminio y zirconio o el sesquiclorhidrato de aluminio. Cuando la sal de aluminio se combina con el agua, el aluminio se disocia (separa), y lo hace muy soluble en ésta, siendo capaz de penetrar en la piel bloqueando las glándulas sudoríparas, formando hidróxido de aluminio. La cantidad aplicada, la forma en que se aplica (roll-on, geles), así como otras sustancias que favorezcan su absorción afectan a la eficacia de estos antitranspirantes.

Piedra de alumbre con sales de aluminio

Otra sal de aluminio de uso frecuente es el que se conoce como piedra de alumbre. El más común de ellos es un sulfato doble de aluminio y potasio (conocido también como alumbre de potasio). Este es raro encontrarlo en la nautraleza e, históricamente, se ha obtenido a partir de alunita mediante dos procesos: tostación y lixiviación.

La evidencia

Aquí viene lo que probablemente más te interese. Existen un par de estudios que sugieren una asociacion entre el uso de antitranspirantes y el cáncer de mama. Y esto debido a un par de observaciones: el incremento de incidencia de tumores localizados en el cuadrante superior externo de la mama y el aumento de los tumores ductales (apoyándose en la explicación de que los antitranspirantes bloquean los ductos).

Imagen vectorial de una mujer poniéndose desodorante

No obstante, la absorción a través de la piel del aluminio es muy baja. Según este estudio, tan solo el 0,012% del aluminio aplicado es absorbido. Con lo cual la carga corporal de aluminio tiene que provenir de otras fuentes, como la alimentación.

Por otro lado, el aluminio ha sido descrito como un metaloestrógeno, es decir, un ión metálico capaz de unirse a los receptores de estrógenos. ¿Recuerdas el post anterior sobre los fitoestrógenos y el cáncer? Pues esto es algo parecido. Sin embargo, no hay evidencias de que el aluminio aumente la proliferación de células tumorales de mama in vitro.

Un par de estudios epidemiológicos (Mirick DK et al. 2002 y Fakri S et al. 2006) reportaron que no había asociación entre el uso de estos cosméticos y el cáncer de mama. En una revisión de 2014 concluyen que existe muy poca evidencia de que la exposición al aluminio aumente el riesgo de cáncer.

En conclusión, actualmente no existen evidencias de la causalidad entre el uso de antitranspirantes con aluminio y el cáncer de mama. Aquellos estudios que apoyan esta relación se basan en modelos in vitro o modelos de ratones, cuya extrapolación al humano debe hacerse con cautela.

Fuentes:
– Willhite CC, Karyakina NA, Yokel RA, et al. Systematic review of potential health risks posed by pharmaceutical, occupational and consumer exposures to metallic and nanoscale aluminum, aluminum oxides, aluminum hydroxide and its soluble salts. Crit Rev Toxicol. 2014.

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